El rey Olaf Tryggvason invadió Inglaterra a finales del año 900. Con el botín conseguido construyó el Serpiente, probablemente el barco más grande jamás construido por los nórdicos, un navío que se decía superaba los 36 metros de largo y que podía llevar a unos 500 hombres.
"El barco era un dragón ..., pero bastante más grande y ensamblado con mucho más cuidado. El rey lo llamó Serpiente ... Tenía treinta y cuatro bancos para los remeros. La proa y la arqueada popa eran doradas y los baluartes eran tan altos como en los barcos de altura. Este barco era el mejor y más caro nunca construido en Noruega".