"Desperté de otra pesadilla... A pesar de haber estado paseando bajo el sol durante horas, no logré parar los escalofríos. Observé a los niños jugar junto al arroyo, fui a los prados a escuchar el coro de las cigarras y acaricié las doradas espigas del trigo; nada de esto me hacía sonreír como solía hacerlo. Pasaron varios años desde el regreso de Alarico, cuando nos trajo parte de las riquezas de Roma. Nos habíamos retirado a otras regiones a pedido de Honorio y quedamos en la espera de que nos fueran concedidas aquellas tierras que tanto anhelábamos. Permanecimos en Tuscia, esperando día y noche la llegada de ese mensajero, algún romano que nos dijera que finalmente podríamos partir e instalarnos en nuestro nuevo hogar. Dadas las expectativas, Alarico insistía en que estuviésemos preparados para mudarnos en todo momento. Adornadas con los botines de guerra, las mujeres se pavoneaban por el campamento: brazaletes de oro, pendientes de plata, collares con incrustaciones... Al menos por una vez, se hubiera dicho que los godos eran los más ricos del mundo. Las joyas les prestaban su resplandor, pero era la promesa de tierras propias que les había hecho el emperador lo que avivaba el fuego que hacía arder sus corazones. Pero continuaron muriendo los meses sobre nuestros campamentos, y resurgieron mis pesadillas. Ríos de sangre interrumpidos por meandros de cadáveres; godos y romanos por igual. Cascadas de cuervos y buitres se agolpaban para reclamar su parte del festín. Y en medio de la hecatombe, Alarico, mi marido; ahí de pie, cubierto hasta las rodillas por la sangre de los caídos; toda su presencia absorbida por la locura y la ira, y la marca de la venganza eternamente en su ceño. ¡Y en sus ojos!... En sus ojos nada, un vacío insondable. Durante un tiempo temí que las deidades estuvieran comunicándose a través de mis sueños, pero luego desestimé la idea. Semejante tragedia era impensable; y mucho menos ocurriría a causa de mi marido. Nunca hubiera podido imaginar que Alarico fuera capaz de tales atrocidades... Hasta aquél día."
El jugador será el primero en ver cómo las tropas góticas son derrotadas por los legionarios romanos, y en la aldea, Alarico enviará una Caballería Ligera para investigar el asunto en dos aldeas civiles. El explorador debe mantenerse con vida hasta que haya visitado ambas aldeas y luego informar a Alarico. Como tiene puntos de resistencia bajos, debe tratar de evitar los combates, es decir, los tres arqueros legionarios que aparecen en el bosque como parte de una emboscada.
El explorador primero debe explorar el pueblo del noroeste, donde hay un puente vigilado por un Lancero. El guardia detendrá al explorador e informará que hay un ejército detrás. Luego, debe visitar el pueblo occidental, justo al sur del primer pueblo. El informante (un lancero) en el Mercado informará que vio tropas romanas en un campamento (el Campamento del General Fredo) en el sur de su aldea. Luego el jugador debe llevar al explorador a Alarico.
Alarico enfurece al enterarse de que el emperador romano Honorio lo ha apuñalado por la espalda, enviando refuerzos a las legiones, por lo que se decide luchar contra los romanos para darle una lección a Honorio. El jugador debe comenzar a preparar tropas para destruir la tienda principal (un gran Pabellón) del Campamento del General Fredo. No se necesita matar a los soldados en el campamento.
Después de la redada en el Campamento de Fredo, debes prepararte para enfrentarte a las grandes tropas de legionarios, que llegarán en 10 minutos. Las tropas enemigas están detrás del puente noroeste. Una vez que cruzaron el puente, se pedirá que mates al general Belisario (o una Catafracta).
Después de esto, tendrás la tarea de destruir la fortaleza de los Legionarios en el norte, para ganar el escenario. Al mismo tiempo, recibes la tarea opcional de enviar a Ataúlfo para que te encuentres con sus tropas en el este, y el jugador se hará cargo de todos ellos.
Epílogo[]
"El sol se había ocultado y desfilaron sombras a través de las tiendas antes del regreso de Alarico. Lo recibí con un grito al aire: ¡Estaba empapado en sangre! Se aproximaba como el mismísimo dios de la muerte, enviado a reclamar las almas de los muertos. Y esos ojos... tan vacíos como en mis peores sueños. Me armé de coraje y apenas conseguí tocar tímidamente su hombro. La espada se desprendió, clavándose en la tierra casi instantáneamente y él se derrumbo sobre un taburete."
Curiosidades[]
Los godos (púrpura) tienen un caballo como una unidad de marcador de posición en el este detrás del bosque en la edición HD, mientras que no aparece en el mod original. Por lo tanto, este jugador está "derrotado" en el momento en que entregó toda la aldea al jugador.
El puente del noroeste es diferente en la versión original (muy angosto) y en la posterior edición en HD (mas ancho).
En el juego, se pide al jugador que mate al general Belisario (o una Catafracta) . Esto no sucedió en la historia, ya que Alarico y Belisario no se encontraron. Alarico murió en 410 y Belisario nació alrededor de 505.
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